CARA INFERIOR
Todos los demás entraron al cuarto abarrotado de armarios. Allí estaba, tendida boca abajo. Su cara mostraba el relato de una muerte perversa. Su postura indicaba que se había desplomado de golpe. Su brazo estaba estirado. En su mano portaba un machete de laboratorio. Este estaba ensangrentado.
Salva permanecía fuera de la habitación. Pasaron varios minutos. Nadie sabía qué hacer. Aunque todos coincidían en una cosa, no había que tocar el cuerpo. Rompiendo el vacio silencio sonó la voz de Hilari:
-Cojamos el machete y congelémoslo. Con suerte podremos realizar una electroforesis en un par de horas.
Estela se aparto del grupo.
-Tú estás loco. ¿Cómo coño planteas que hagamos la electroforesis? ¿Acaso sabes tú lo que tardaríamos en descartar a los que estamos aquí dentro de la habitación?
Marcos levanta levemente la mano.
-Creo que con seis horas, podríamos descartar a todos los presentes.
-Pero es que sois tontos-Gritando José- Todos sois unos inútiles. De momento nadie va a tocar nada. Y ahora vamos a pensar. Si hay sangre, hay una herida. Así que vamos a revisar a cada uno de los presentes.
-Serás pervertido- Exclama Jennifer – Lo último que necesito es a un tío mirando mi cuerpo.
En ese momento se rompió la paz, ya que todos empezaron a discutir a voces. Salva permanecía ajeno a toda la guerra que se disputaba a escasos metros. Recorrió el pasillo hasta la sala de informática. Una vez dentro de la sala, se sentó en una silla y empezó a jugar con su teléfono móvil.
En el cuarto de reactivos la discusión ya había terminado. Se había acordado que la gente se dividiría en parejas, para examinarse mutuamente. Había cuatro chicas y seis chicos. Por lo tanto no habría problema.
Pero a la hora de dividirse se dieron cuenta de que faltaba alguien. Salva no estaba con ellos. Todos empezaron a buscarle. Se dividieron por toda la planta. A los pocos minutos Juan entro en la sala de informática.
-Salva te estamos buscando.
-Pues ya me has encontrado. Así que ya has terminado tu trabajo.
-Hazme un favor y cállate- Juan siempre había despreciado a Salva- Te vas a levantar de la silla y a venir conmigo.
-¿Y si me niego?
Todos estaban desperdigados por la planta. Cuando, de repente uno gritos y golpes alertaron a todos. No hubo nadie que no se diera cuenta, y se acercara al aula de informática.
Cuando Marcos entro en la sala. Vio a Juan cogiendo del cuello a Salva. Al momento llegó el resto de la gente.
-Escuchad, ya sé quién es el asesino. Es el perro de Salva. Tiene una herida en el muslo, es un corte superficial.
“La cara, solo una imagen falsa del ser humano. Hay una cara de asesino entre las mentiras. Las mentiras enmascaran al asesino. Pero ahí está, acechando a una nueva presa. La cara inferior simboliza los cimientos de lo que va a acontecer.”