jueves, 6 de octubre de 2011

Paréntesis II

Centímetros desaparecidos

Que relajante es el sonido de la mar hace que mi corazón llore de paz. He vivido mucho, bueno en realidad bastante para mi ser. Aunque no debería de morir todavía. El mar al que tanto quiero, en verdad no es mi amante, sino mi asesino.
 Hace muchos años me puse a trabajar en la orilla de una pequeña playa. Mi trabajo era vigilar y cerciorarme de que los barcos permanecieran en su sitio hasta que sus amos los reclamaran.

Entonces todo era fuerte, yo era joven y hermoso. Pasaron los años pero seguía siendo joven y hermoso gracias a las atenciones que recibía. Esto hacia que conservara mi trabajo, y que me ascendieran controlando cada vez mas barcos a la vez.

Seguían pasando los años, yo era hermoso nada me afectaba. Mi vida era la mar, la mar quería mi vida. Pero nunca se la di.

Pero hace una década, me despidieron. Nadie más iba a dejar sus barcos en esa playa acogedora. Era muy pequeña. A mí me despidieron. Pero me quede en el mismo lugar esperando a que alguien me recogiera. Estoy solo. Nadie me quiere.
Yo era hermoso. Con el paso de los años empecé a envejecer rápidamente. Me volví viejo más rápido de lo que me tocaba. Cada vez que veía mi reflejo en el agua lloraba. Pero no podía hacer que mis lágrimas salieran. Estoy solo y triste. Ya nadie se fija en mí.

Pasan los años. Me duele mi cuerpo ha cambiado de color, ya hace mucho. No lo puedo soportar. Me duele. Mi cuerpo se desintegra lentamente. Cada pedazo caído me araña el resto del cuerpo. Estoy solo y dolorido.

Mi cuerpo ya casi ha desaparecido por completo. La mar se lo ha tragado. No me queda mucho, mi vida tampoco vale mucho.

Pero antes de solubilizarme por completo con la mar has de saber, que no soy quien crees.

Soy un amarre de barcos metálico. Cuando era de utilidad me pintaban dos veces al año, para protegerme de la mar. Pero cuando ya me hice un trasto innecesario. Me abandonaron. Me podían haber llevado a otro sitio. Aun podía ser útil. Deberían haberme fundido y transformado en un sinfín de cosas. Me dejaron solo.

Yo era hermoso. No debería morir así. Nunca le hice daño a nadie. Hice mi trabajo de forma impecable. Yo era joven eternamente. No deberían haberme dejado solo. Aun podía ser útil. No debería de haber visto mi cuerpo mermado y arrancado a pedazos.

Se acabó la mar me llama. Me quiere, me tiene. Mi último pensamiento, no lo consigo pensar. Ya es demasiado tarde. Nunca sabré lo que hice mal.