domingo, 14 de agosto de 2011

Cubo de Rubik VI



FIN

La sangre recorría el cuello de Salva. Nada podía predecir lo que iba a pasar. Todos estaban atónitos observando la escena. Juan había clavado levemente un machete de laboratorio en el cuello de Salva. La tensión en el ambiente, se materializaba en pequeños hilos que estrangulaban a los espectadores. Salva estaba anormalmente tranquilo. Se podía notar como los músculos del brazo de Juan se contraían para  asestar el golpe de gracia.

El machete se alzo cortando el aire, mientras un hilo de sangre lo seguía. Un golpe seco resonó por todo el laboratorio. La gente no encontraba una explicación lógica para lo que acababa de acontecer.

 Si se pudieran pasar a cámara lenta los treinta segundos anteriores se podría observar lo siguiente: Salva levanta las piernas por encima de su cabeza de forma rápida y brusca. Esto desestabiliza a Juan. Salva baja las piernas tumbando a Juan. Cuando Juan cae al suelo el macheta sale disparado en dirección hacia arriba. Una vez Juan en el suelo Salva usa las ataduras de las piernas para estrangular a Juan.
-Vas a calmarte- Dijo Hipolito- Cuando te calmes Salva te soltara.

A los dos minutos Salva soltó a Juan. Ataron a Juan al lado de Salva.

-Pero estáis tontos soltad a Salva, ya hemos demostrado que es inocente- Replicó Isa.

Gabriel se acerco a Salva con unas tijeras y cortó sus ataduras.

Marcos se quedó vigilando a Juan. El resto se reunió en la sala de instrumental. Tardaron bastante tiempo en poner a Salva al día de los acontecimientos que habían transcurrido. Al finalizar la explicación todos esperaron la opinión de Salva.
Salva se levantó de la silla y miró a todo el mundo a los ojos. Con tono firme y conciso dijo. -¿Dónde está mi cubo de Rubik?-

-¿Ya está? ¿Es todo lo que tienes que decir después de lo que has pasado y de lo que te hemos contado?

-Me disculpo, si os he ofendido. Por favor disculpadme un momento- Salva se sale de la sala de instrumental. Al poco tiempo volvió a la sala con el cubo de Rubik en la mano. Se sentó en la silla y comenzó a resolverlo.

-Este tío es un enfermo mental. Es incapaz de ver los problemas. Es como si viviera en otra dimensión.-Grito Gabriel.

-No hace falta que grites- Dijo Salva con tono amable- Comprendo la situación, entiendo lo que vais a hacer pero no funcionará. Además creo que estáis más interesados en condenar a una persona que en salir de este lugar. Bueno primero quiero revisar los explosivos. Luego revisare las medidas de seguridad.

Salva se desplazó hasta el laboratorio de química. Habían tres cartuchos dentro de la campana de seguridad. Hacía calor dentro del laboratorio. Salva levantó uno de los cartuchos. Notó que estaba caliente.

-Al suelo-Grito Salva mientras tiraba el cartucho por la ventana.
La explosión resonó por todo el edificio. Salva se levanto de forma brusca.-Estais tontos. ¿Quién es el genio que ha enchufado la calefacción al lado de los explosivos?-

Salva bajo hacia la puerta que iban a volar por los aires. Esto lo hizo para poder ver si la explosión que acababa de contemplar sería suficiente para poder salir del edificio.
Cuando Salva se acerco a la puerta pudo observar a dos policías en la puerta. Como ni las radios de los policías ni los móviles funcionaban. Decidieron comunicarse a través de notas escritas.

Mientras tanto en el laboratorio de química Isa intentaba estabilizar los explosivos sobrantes. Gabriel se puso la bata de laboratorio. Y se fue hacia las aulas del fondo.
Salva llego a un acuerdo con los policías. Ellos se irían, a por una ganzúa para abrir la puerta de forma segura. Salva subió al laboratorio. Informó a los demás lo que había hablado con los policías.

Gabriel se desplomó sobre el suelo. Salva se acercó a él, le quitó la bata. Entonces todos vieron, que tenía una herida en la parte izquierda del torso. Se había puesto la bata para ocultar le herida.

-Hay que actuar rápido- Dijo Salva-Yo cogeré el explosivo y volare la puerta. Una vez fuera hay que buscar una ambulancia.

-Salva solo hay un problema. Los explosivos son inestables. No llegaras a la puerta, sin que explote el explosivo.-Replicó Isa.

-Bueno hay que intentarlo. Si no podríamos tener tres cadáveres.-Dijo Salva.
Sin pensárselo cogió uno de los cartuchos. Salió corriendo del laboratorio. Recorrió el pasillo a toda prisa. Cuando llegó a la escalera dio un salto, se apoyó en la barandilla. Giró el cuerpo ciento ochenta grados y aterrizó en mitad del segundo tramo de escaleras. Dando otro salto aterrizó a dos metros de la puerta. Se deslizó por el suelo, frenó su impulso apoyando los pies en la puerta. Fijó el cartucho en la puerta. Se dio un impulso, con las piernas hacia atrás. En ese momento el explosivo detonó lanzando una lluvia de cristales.

Todas las personas que quedaban en la planta superior. Bajaron hacia la salida. Las sirenas resonaban en la noche. La policía entraba en el aparcamiento. Nadie sabía qué hacer. La policía irrumpió en el edificio.

-A ver todos los presentes se vienen todos a la comisaria conmigo. ¿Falta alguien aquí?-Dijo el policía.

-Si falta la persona que volado la puerta. Después de la explosión lo hemos perdido de vista- Dijo Hilari.

-Bueno vayan al furgón policial y nosotros lo buscaremos.

Cuatro policías entraron en el edificio tres se fueron, a reconocer los cadáveres y a recoger pruebas. El policía que quedaba se fue a buscar a Salva.

Hilari, Isa, Jennifer, Lucí, Estela y Juan subieron al furgón policial sin mediar palabra. Gabriel era trasladado a un hospital en ambulancia.

El policía solitario estaba explorando la planta baja del edificio. Reviso todas las aulas. Buscó en los despachos del secretario y el director. Cuando se disponía a buscar en la primera planta. Vio un rastro de luz en un cuarto adyacente a los despachos. Entro con cautela. La habitación estaba iluminada apenas con una bombilla de luz amarillenta. Todas las paredes estaban repletas de estanterías de roble y llenas de libros muy antiguos. La sala también presentaba una gran mesa decorada con exquisitas sillas de madera talladas a mano.

-Bien, bien, bien.-Dijo Salva sentado  en una silla y dando tres aplausos-Supongo que estarás buscándome a mí.

-No se mueva y quédese sentado- Dijo el policía.

-La cosa va a ir de la siguiente forma-Dijo Salva mientras se levantaba.
-Le he dicho que no se mueva-

-Bueno ahora escuche bien, código 7603 con prioridad F-

-Lo siento señor no me habían informado de que se estuviera llevando a cabo ninguna operación-

Salva camino hacia el policía. Se quedo de pie a su lado. Y le susurro a oído.     -Por la radio informe de que ha encontrado los restos de mi cuerpo y que han sido llevados a la morgue de la comisaria B-2.-

-Si señor-

-A se me olvidaba esto está catalogado como código 00-ALFA-3. ¿Me ha comprendido-

-Sí señor, lo he entendido todo-

-Bueno ahora me voy a ir discretamente si tiene alguna duda llame al Jefe Carolla-
Salva salió del edificio por la puerta trasera, forzándola con una ganzúa. Cuando salió del edificio, sacó su teléfono móvil y realizó una llamada.

-Si lo tengo, ahora mismo le llevo lo que me pidió-

Salva subió a su coche y dejo atrás el instituto. En el furgón policial la radio sonó.
-Equipo beta a todas las unidades, se ha encontrado un tercer cadáver en el instituto. Todo apunta a que es él la persona desaparecida.

“Todas las caras son del mismo color el cubo ya está completo. Pero nos hemos de preguntar lo siguiente: ¿Realmente el cubo es lo que es un juguete inofensivo?”

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